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    Los efectos de la morfina en pacientes con cáncer

    La morfina trata el dolor moderado a intenso y el dolor crónico que a menudo acompaña al cáncer. Los pacientes pueden tomar morfina en tabletas o en forma líquida o recibir inyecciones que brinden un alivio continuo del dolor. Los médicos pueden prescribir tratamientos de morfina de acción corta o prolongada. En ocasiones, se puede desarrollar dolor en pacientes que toman medicamentos de acción prolongada a través de tabletas o cápsulas de liberación sostenida, por lo que los médicos también pueden usar morfina de acción más rápida para tratar el dolor inmediato. La morfina de acción prolongada funciona para el dolor a largo plazo..

    Un paciente de cáncer con un goteo intravenoso es consolado por un médico. (Imagen: KatarzynaBialasiewicz / iStock / Getty Images)

    Embotadas sensaciones de dolor

    La morfina, un narcótico u opioide, analgésico, se une a los receptores opioides en el cerebro para reducir la percepción del dolor y las respuestas emocionales al dolor, según la American Cancer Society. Los pacientes con cáncer se benefician significativamente del efecto del fármaco en el dolor intenso o crónico. Sin embargo, la morfina tiene propiedades adictivas, por lo que los médicos generalmente limitan su uso a los pacientes que necesitan un fuerte alivio del dolor. Los pacientes que repentinamente dejan de tomar morfina corren el riesgo de desarrollar síntomas de abstinencia desagradables del medicamento. Los pacientes con antecedentes de abuso de drogas o adicción tienen un alto riesgo de volverse adictos a la morfina.

    Causa desequilibrio

    Puede tener somnolencia, aturdimiento, mareos o desmayos mientras toma morfina. Los pacientes bajo la influencia de la morfina pueden tener un alivio significativo del dolor, pero deben tener mucho cuidado al levantarse después de sentarse, cambiar de posición o caminar, ya que el medicamento aumenta el riesgo de caídas o lesiones. Los pacientes que toman morfina generalmente tienen a alguien cerca de ellos en todo momento para ayudarlos a mantenerse estables durante la actividad física. Los efectos de la morfina pueden intensificarse cuando los pacientes la toman con otras drogas, como alcohol, sedantes o medicamentos para dormir. Combinar alcohol con morfina puede provocar efectos secundarios peligrosos o incluso la muerte, según la base de datos de drogas Drugs.com.

    Produce efectos secundarios

    La morfina puede causar muchos efectos secundarios. Los médicos a veces reajustan las dosis de morfina o usan otros medicamentos que trabajan con la morfina para aliviar los efectos secundarios que no se resuelven. Según Medline Plus, los síntomas pueden incluir náuseas, vómitos, pérdida de apetito, pérdida de peso, sequedad de boca, debilidad, agitación, nerviosismo y dolores de cabeza. También pueden ocurrir cambios de humor, confusión y dificultad para dormir. La morfina también puede causar síntomas parecidos a la gripe, escalofríos, rigidez muscular, visión doble, disfunción sexual o pérdida del deseo y micción dolorosa o difícil. Respiración lenta o irregular, coloración azulada o violácea de la piel, latidos cardíacos irregulares, convulsiones o alucinaciones. También puede resultar en la opresión de la garganta, dificultad para tragar e hinchazón de las extremidades. Los efectos secundarios graves requieren atención médica inmediata. Debilidad o vértigo severos y piel fría y húmeda pueden ser razones para consultar a un médico..