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    Signos de infección después de una cesárea

    Las cesáreas (cesáreas) implican hacer una incisión en el abdomen para permitir el parto de un bebé desde el útero. Esta extirpación quirúrgica del bebé se realiza cuando el parto vaginal no es posible debido a complicaciones que podrían hacer que un parto vaginal sea peligroso para la madre o el niño. Aunque las cesáreas se realizan en entornos estériles, todavía existe un riesgo de infección.

    Signos de infección externa

    Uno de los sitios más comunes de infección después de una cesárea es la incisión. Debido a que la piel es el anfitrión de una variedad de bacterias, la infección puede aparecer. Las incisiones infectadas pueden enrojecerse, inflamarse y volverse sensibles a medida que el cuerpo activa el sistema inmunológico para combatir la infección. El área de la incisión también puede exudar pus. En algunos casos, la infección se puede diseminar, causando líneas de rastro rojas visibles en la superficie de la piel que se alejan de la incisión.

    Signos de infección interna

    Una cesárea también puede causar que los tejidos internos se infecten. Un signo de una infección interna es la presencia de fiebre. Los pacientes también pueden desarrollar una secreción de la herida que puede tener un olor particularmente desagradable. Si los riñones o el tracto urinario están involucrados, la micción puede ser difícil o dolorosa, y la orina puede estar turbia o tener un olor inusual. Los pacientes con una infección interna pueden sentir dolor en el abdomen y también pueden desarrollar síntomas similares a los de la gripe. Las infecciones internas generalmente requieren tratamiento con antibióticos..

    Septicemia

    Una de las infecciones más peligrosas después de una cesárea se llama septicemia. La septicemia es el resultado de una infección bacteriana que se propaga al torrente sanguíneo. La septicemia puede causar un aumento repentino de la fiebre, así como respiración rápida, escalofríos y ritmo cardíaco rápido. La septicemia puede progresar a una condición conocida como shock séptico, que se caracteriza por presión arterial baja, hipotermia, problemas mentales (como confusión) y problemas con la coagulación de la sangre. La septicemia es una afección grave que requiere atención médica inmediata.