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    Cómo leer las exploraciones óseas

    Una gammagrafía ósea es una técnica radiológica en la que se inyecta una pequeña cantidad de un producto químico radioactivo, también conocido como marcador, en las venas. Este trazador se usa para ayudar a visualizar la rapidez con la que se rompen y reforman los huesos. El tinte radioactivo se acumulará en áreas que tienen más recambio óseo, lo que hará que aparezcan puntos brillantes en la exploración. Las exploraciones óseas se pueden usar para identificar áreas en los huesos que tienen un metabolismo anormal, aunque no son buenas para determinar la causa de estas anomalías.

    Una enfermera ayuda a un paciente mientras se coloca en un escáner de huesos. (Imagen: Ikonoklast_Fotografie / iStock / Getty Images)

    Paso 1

    Identifica los huesos que están siendo escaneados. A menudo, la gammagrafía ósea se etiquetará, al menos en términos de qué lado es el lado izquierdo y derecho del paciente, ya que la gammagrafía se puede tomar desde atrás o desde la parte frontal del paciente. De lo contrario, los huesos del escáner pueden identificarse de manera aproximada al observar el contorno de los órganos alrededor de los huesos..

    Paso 2

    Determine el marco de tiempo. Algunos escáneres óseos consisten en una sola imagen. Otras exploraciones óseas toman tres exploraciones diferentes a lo largo del tiempo para observar el hueso en diferentes momentos. Mire la etiqueta del escaneo para determinar cuándo se realizó el escaneo en comparación con otros escaneados..

    Paso 3

    Busque los puntos "calientes" y "fríos". Las exploraciones óseas utilizan un tinte ligeramente radiactivo para medir el metabolismo óseo. Las áreas "calientes" - áreas que son anormalmente brillantes en el escaneo - indican que hay una mayor rotación de huesos en esa área, mientras que las áreas frías en el escaneo - anormalmente oscuras en comparación con el hueso circundante - indican que hay menos hueso Desglose y recrecimiento en un área. Los puntos calientes pueden ser indicativos de inflamación o un tumor, mientras que los puntos fríos pueden ser un signo de disminución del flujo sanguíneo a un área.

    Las gammagrafías óseas son buenas para detectar anomalías en la degradación ósea y el metabolismo, pero no son buenas para determinar la causa de estas anomalías. En consecuencia, pueden ser necesarias pruebas adicionales, incluidas las IRM, para examinar más a fondo las secciones óseas aberrantes.