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    El impacto de los estilos de crianza en el desarrollo de los niños

    La forma en que responde y disciplina a sus hijos afecta mucho la forma en que se desarrollan, tanto cognitiva como socialmente. El proceso de desarrollo de un niño está influenciado por una mezcla de todos los estímulos con los que entra en contacto, tanto con los individuos como con su entorno. Como los padres normalmente tienen una presencia fija en la vida de un niño, tienden a tener el impacto más significativo sobre si su desarrollo es positivo o negativo..

    Madre leyendo a su hijo en el sofá. (Imagen: Jose Luis Pelaez Inc / Blend Images / Getty Images)

    Autoritario

    Los padres que practican la crianza autoritaria exigen la cooperación total de sus hijos y no tienen tolerancia para las preguntas o para romper las reglas. Este estilo de crianza espera altos grados de madurez del niño con bajos niveles de comunicación entre padres e hijos. Los niños disciplinados por padres autoritarios se mantienen fuera de problemas y obtienen buenas calificaciones, pero su desarrollo social se ve afectado negativamente debido a que no se los alienta a tener opiniones, se muestra tímido y se preocupa constantemente por decepcionar a sus padres.

    Autoritario

    El estilo autoritario de crianza, más que cualquier otro, ayuda a asegurar un desarrollo saludable, porque a los niños se les enseña a seguir reglas, hacer preguntas y tener sus propias opiniones. La investigación realizada por Betsy Garrison y sus colegas de la Louisiana State University sobre cómo los estilos de crianza influyen en la capacidad cognitiva encontró que la crianza autoritaria tanto en padres como en madres se correlaciona positivamente con el desarrollo cognitivo en niños. El desarrollo social también se beneficia de este estilo de crianza, porque la comunicación es bienvenida y los niños se sienten más cómodos con sus compañeros y en otras situaciones sociales..

    Indulgente

    Los padres indulgentes o permisivos se enfocan más en ser amigos de sus hijos que en una figura disciplinaria. Hay una gran cantidad de comunicación entre padres e hijos, pero niveles muy bajos de madurez y demandas requeridas para el niño. Los niños criados por padres indulgentes tienen una mayor autoestima, mejores habilidades sociales y niveles más bajos de depresión, lo que ayuda a un desarrollo social positivo. La disminución de la madurez y la independencia asociadas con la indulgencia de los padres perjudica el desarrollo emocional del niño porque no se le exige que crezca en estas áreas.

    No involucrado

    Los padres que son ambivalentes a los deseos y necesidades de sus hijos se consideran padres no involucrados. A menudo, este estilo de crianza se asocia con negligencia y abuso. Si bien no hay demandas ni reglas que seguir para el niño, tampoco hay comunicación ni aliento de parte de los padres. Cuando los padres no están disponibles psicológicamente o físicamente para sus hijos, todos los elementos del desarrollo se ven afectados negativamente. El desarrollo social se atrofia porque a los niños nunca se les enseña cómo actuar con las personas y, por lo tanto, se sienten incómodos en situaciones sociales. Debido a la falta de conexiones emocionales y psicológicas entre padres e hijos, el desarrollo cognitivo también sufre.