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    Fusión lumbar, pies entumecidos y ejercicio

    La fusión lumbar es una cirugía en la que su cirujano fusiona dos vértebras en la región lumbar, la parte inferior de la espalda. Si tiene una desalineación espinal, tumores o debilidad que esté causando dolor o malestar, su médico puede recomendar una fusión lumbar para tratar el problema. Aunque es posible que experimente un aumento del dolor, entumecimiento u hormigueo inmediatamente después de la cirugía, es probable que esos síntomas desaparezcan y que el ejercicio adecuado y regular lo acelere..

    Una mujer estirando su espalda en una pelota de ejercicio en la playa. (Imagen: Wavebreakmedia Ltd / Wavebreak Media / Getty Images)

    Fusión lumbar

    En la madera de fusión, su cirujano coloca un injerto óseo entre dos o más vértebras, que crece hasta que los dos huesos se conectan como uno solo. La cirugía podría eliminar el dolor, entumecimiento u hormigueo causado por la fricción entre dos vértebras. Las afecciones que los médicos tratan con la madera de fusión incluyen dolor de espalda por problemas de disco, fracturas por espondilolisis, tumores y escoliosis.

    Entumecimiento

    Debido a que la columna vertebral contiene una gran cantidad de tejido nervioso, el daño nervioso es un posible efecto secundario de la fusión lumbar. Después de la cirugía, algunos pacientes pueden experimentar entumecimiento y hormigueo en las extremidades o extremidades debido al daño nervioso. Los síntomas pueden desaparecer por sí solos dentro de seis a 12 meses a medida que el cuerpo se reajusta a las nuevas estructuras formadas en la cirugía. Si los síntomas no disminuyen, hable con su cirujano sobre las posibles complicaciones..

    Rehabilitación Temprana

    La fusión lumbar es una cirugía mayor y llevará tiempo y trabajo recuperarse. En los primeros días, puede experimentar dolor y debilidad. Realice ejercicios suaves y respiración profunda para ayudar al proceso de recuperación, pero no doble, levante ni tuerza. Concéntrese en ejercitar los músculos abdominales, de cadera y espalda con pequeños movimientos suaves. Esto ayudará a activar y fortalecer estos músculos de apoyo y aumentará el flujo de sangre al área.

    Ejercicio progresivo

    Durante las primeras seis semanas después de la cirugía, limite el ejercicio a caminar, ejercicios de estabilización y estiramientos suaves. Por ejemplo, el puente, en el que se acuesta boca arriba con las rodillas dobladas, los pies apoyados en el piso y levanta las caderas y retrocede desde el piso hasta los omóplatos, ayuda a estabilizar la espalda y los músculos centrales. Después de seis semanas, incorpore ejercicios más vigorosos, como nadar o usar una máquina elíptica. Evite las actividades de alto impacto y los deportes de contacto como correr, fútbol o aeróbicos de pasos hasta que su cirujano lo apruebe..