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    Signos de problemas hepáticos en los bebés

    La detección temprana de la enfermedad hepática en los bebés es clave para brindarles la mejor oportunidad de llevar una vida saludable. Los bebés que nacen con una enfermedad hepática a menudo parecen normales al principio, pero los signos de un problema subyacente aparecen en el primer mes. Si no se diagnostica, algunos bebés experimentan insuficiencia hepática. Según los Institutos Nacionales de la Salud, la atresia biliar, una enfermedad hepática que ocurre en 1 de cada 10,000 a 15,000 nacidos vivos, es la principal causa de trasplante de hígado en niños. Dado que la enfermedad hepática no diagnosticada puede llevar a resultados tan malos para los bebés, es importante que los padres aprendan los signos de problemas hepáticos en los bebés..

    Ictericia

    La ictericia se refiere a la coloración amarillenta de la piel y los ojos. Muchos recién nacidos sanos experimentan ictericia. La Children's Children's Disease Foundation afirma que el 90 por ciento de todos los recién nacidos desarrollan algún grado de ictericia en los primeros dos o tres días de vida, pero generalmente se resuelve en las primeras dos semanas. La ictericia que persiste más allá de dos semanas es preocupante. Una simple prueba de sangre, conocida como prueba de bilirrubina, puede determinar si la ictericia prolongada se debe a un problema hepático subyacente. La bilirrubina es un producto de desecho que normalmente elimina el hígado y los niveles aumentan en el torrente sanguíneo cuando el hígado no funciona correctamente. La Fundación de Enfermedades Hepáticas de los Niños recomienda que a cualquier bebé con ictericia después de dos semanas de vida se le haga una prueba de bilirrubina para determinar si hay una enfermedad hepática subyacente..

    Taburetes pálidos

    Las heces de color claro, gris o arcilla, llamadas heces acólicas, son una indicación de un problema hepático en los bebés. Normalmente, los bebés excretan bilirrubina en su tracto digestivo, lo que les da a sus heces un color amarillento. Los bebés que tienen enfermedad hepática tienen conductos biliares anormalmente formados o ausentes que conducen desde el hígado a los intestinos. Esto evita que la bilirrubina entre al tracto digestivo y hace que las heces se vean inusualmente pálidas.

    Hígado agrandado

    Cuando los bebés nacen con una enfermedad hepática, el daño aumenta lentamente durante las primeras semanas de vida. Mientras eso sucede, el hígado se agranda. Esto aparece como una hinchazón dura en la parte superior del abdomen que se puede sentir en un examen físico de rutina.

    Hinchazón abdominal

    Con la enfermedad hepática, el líquido se acumula en toda la cavidad abdominal debido a una dilatación de los vasos sanguíneos y un desequilibrio de electrolitos. Esta hinchazón se conoce como ascitis, y cuando se observa en bebés, siempre se sospecha una enfermedad hepática subyacente.

    Orina oscura

    La orina normal del bebé es de color amarillo claro a pálido. La orina aparece oscura en los bebés con enfermedad hepática debido a la acumulación de bilirrubina en el torrente sanguíneo que se filtra hacia la orina. Se puede realizar un examen de orina para detectar la presencia de bilirrubina en la orina..