Adaptaciones fisiológicas al ejercicio.
Los seres humanos han sobrevivido en este planeta durante miles de años debido a nuestra capacidad de adaptación. Las adaptaciones fisiológicas comienzan a ocurrir casi inmediatamente al comenzar un nuevo programa de ejercicios. Muchos cambios ocurren en todo el cuerpo, pero los cambios más significativos incluyen cambios en los músculos, huesos y sistema cardiovascular.
Su cuerpo se vuelve más eficiente en respuesta al ejercicio regular. (Imagen: Pixland / Pixland / Getty Images)Adaptaciones neuromusculares
El sistema neuromuscular es uno de los primeros sistemas del cuerpo en responder y adaptarse a un nuevo estímulo de entrenamiento. Estos cambios son el resultado de que las unidades motoras de la columna vertebral se vuelven receptivas para estimular las fibras musculares. Las unidades motoras previamente inactivas se vuelven más activas y trabajan a un ritmo más rápido. Como resultado, experimentará una mayor fuerza y potencia. Las personas no entrenadas pueden experimentar ganancias sustanciales de fuerza del 25 por ciento o más en un plazo de tres a seis meses, señala Jack H. Wilmore y David L. Costill, autores de "Fisiología del deporte y el ejercicio".
Desarrollo muscular
La hipertrofia muscular o el crecimiento muscular se producen como resultado del entrenamiento de resistencia a largo plazo. La hipertrofia es un cambio tanto en el tamaño como en el número de fibras musculares. Los aminoácidos que se encuentran en las fuentes de alimentos de proteínas entran en las células para formar músculo cuando el estímulo de entrenamiento es lo suficientemente significativo como para requerir tejido muscular adicional. La tasa de transporte de aminoácidos a los músculos está directamente influenciada por la intensidad y la duración de la tensión muscular. Por el contrario, cuando los músculos normalmente activos se vuelven inactivos o inmovilizados, puede producirse atrofia muscular o pérdida muscular, porque ya no se necesita el tejido muscular adicional..
Adaptaciones óseas
Al igual que el tejido muscular, los huesos también responden al estímulo del ejercicio. Los huesos se estresan durante el ejercicio cuando los tendones y los músculos tiran del hueso. Esta tensión adicional en los huesos estimula a los huesos a volverse más densos. La mínima tensión esencial es el mínimo de estrés en el hueso necesario para que comience el crecimiento óseo. Se cree que la tensión esencial mínima es 1/10 de la fuerza necesaria para fracturar un hueso, según el entrenador deportivo de BrainMac. El ejercicio regular con pesas, como el entrenamiento de fuerza, caminar y trotar, está directamente relacionado con el crecimiento óseo. Sin embargo, la inactividad puede resultar en una disminución de la densidad ósea, lo que puede conducir a la osteoporosis.
Adaptaciones cardiovasculares
El sistema cardiovascular pasa por muchas adaptaciones como resultado del ejercicio aeróbico y anaeróbico. El corazón se vuelve más eficiente para bombear y suministrar sangre fresca a los tejidos musculares. El volumen de sangre aumenta, se forman nuevos capilares para entregar más sangre al músculo entrenado, hay aberturas más grandes de los capilares existentes y la distribución de la sangre se vuelve más eficiente. Como resultado, la frecuencia cardíaca en reposo y submáxima disminuye, al igual que su presión arterial, en respuesta al entrenamiento regular de resistencia aeróbica.