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    Cómo disciplinar a un niño gritando de 2 años

    Las crisis de los niños pequeños son un problema frecuente para los padres de un niño de 2 años. Los niños pequeños pueden frustrarse fácilmente, pero carecen de las habilidades verbales para expresar lo que quieren. En muchos casos, esta frustración conduce a una rabieta que grita. Es importante disciplinar a su hijo con prontitud, de una manera apropiada para su edad, para detener la rabieta y prevenir futuros arrebatos similares.

    Niño gritando afuera. (Imagen: Comstock / Stockbyte / Getty Images)

    Paso 1

    Conoce a tu hijo. Es una parte vital de la disciplina infantil, explica el pediatra y autor Dr. Sears. Lo que funcionó para su hijo a los 18 meses puede no funcionar a los 2, y lo que funciona para un niño puede no funcionar para otro.

    Paso 2

    Piensa como un niño de 2 años. Puede responder mejor a su comportamiento si sabe qué lo impulsa. Los niños pensarán locamente y probarán cosas que los adultos simplemente no entienden, aconseja el Dr. Sears. Los niños de esta edad son impulsivos y la acción generalmente sigue un impulso, lo que los lleva a hacer o probar cosas que no tienen sentido. Sepa por qué su hijo está haciendo algo antes de corregirlo.

    Paso 3

    Distrae a su hijo. Si está gritando y gritando, aproveche su corta capacidad de atención, naturalmente, ofreciendo una nueva actividad o juguete. O bien, cambiar el medio ambiente. Si estás en una tienda, sal al exterior por un corto tiempo. Si estás jugando en casa, simplemente muévete a otra habitación. También puedes intentar hacer algo inesperado, como hacer una cara graciosa o un ruido o hablar con tu zapato.

    Etapa 4

    Permita que su hijo elija. Darle a su hijo cierto control sobre su entorno puede ayudarlo a aliviar su frustración por no obtener exactamente lo que quiere. Si él está gritando por jugo, por ejemplo, déle una opción entre la leche y el agua. Si se resiste a vestirse por la mañana, pregúntele si quiere vestirse o cepillarse los dientes primero..

    Paso 5

    Calmarlo. Un niño en medio de una rabieta no estará de humor para escuchar. Llévelo a un lugar tranquilo para refrescarse y calmarse. Esto también se aplica a las rabietas en lugares públicos. Si es necesario, lleve a su hijo al automóvil por un tiempo de espera antes de terminar su compra.

    Paso 6

    Conozca sus límites. Si su hijo está cansado o tiene hambre, no lo empuje haciendo un recado más o iniciando una nueva actividad. Cuando vea que su hijo está llegando al final de sus límites, deténgase y permítale un descanso.

    Paso 7

    Manténte firme. Ceder a las demandas de su hijo solo lo preparará para futuras rabietas.