Negativos de los deportes competitivos
La participación en deportes competitivos ha sido durante mucho tiempo un elemento básico de la cultura de la escuela secundaria. No solo ayuda a los niños a mantenerse en forma, a aprender a enfocarse ya socializar, sino que también les enseña cómo trabajar bajo presión. La competencia consiste en desafiarte a ti mismo para mejorar. Pero el mundo de los deportes competitivos también tiene un lado negativo. Si no se monitorea, los deportes competitivos pueden dañar a los atletas fisiológica, social y físicamente.
Jugador de fútbol adolescente joven triste después de la pérdida. (Imagen: Brand X Pictures / Stockbyte / Getty Images)Presión de construcción
Los deportes competitivos mejoran las habilidades atléticas y enseñan a los jugadores cómo trabajar con compañeros de equipo y ganar, lo que puede ser una lección útil. Sin embargo, cuando el enfoque cambia del atletismo al ganar, lo que una vez fue una actividad agradable y de apoyo puede convertirse en un trabajo de alta presión y lleno de ansiedad para un niño. La creciente presión para jugar bien puede aumentar el estrés y hacer que los niños se sientan mal y pierdan la confianza si cometen errores o pierden. Incluso los jugadores que ganan la mayor parte del tiempo pueden perder el placer de participar debido a la presión que ejercen sobre ellos mismos..
Riesgo creciente de lesiones
Según Science Daily, el éxito competitivo que lleva a horas adicionales de entrenamiento y práctica aumenta el riesgo de agotamiento y lesiones por sobreuso. Un estudio concluyó que las lesiones por uso excesivo representan el 50 por ciento de todas las lesiones deportivas informadas. El riesgo de lesiones durante la competición también puede aumentar. La intensidad de los juegos competitivos puede llevar a los jugadores a ignorar las reglas, aumentando las oportunidades de ligamentos desgarrados, dolores musculares y otras lesiones.
Compromiso confuso con exclusividad.
Aunque aprender la importancia del enfoque puede beneficiar a los jugadores de deportes competitivos, esta lección puede dar un giro negativo a los niños que no están dispuestos a participar en actividades que no sean el deporte de su elección. Debido a la dedicación y el tiempo necesarios para perfeccionar las habilidades que contribuyen a ganar, los jugadores pueden perder el deseo de hacer cualquier otra cosa porque palidece en comparación con practicar y jugar. Tales niveles extremos de exclusividad pueden ser perjudiciales porque limitan las habilidades de los deportistas para practicar la moderación, ampliar sus horizontes y convertirse en estudiantes atletas completos..
Desarrollando la mala actitud
Ganar es siempre uno de los principales objetivos de las competiciones deportivas. Los entrenadores pasan enormes cantidades de tiempo perfeccionando los ejercicios y dando forma a sus jugadas para darles a los jugadores una ventaja competitiva. Si no se controla, el impulso para ganar pronto puede cambiar a una mentalidad de ganar a toda costa que puede llevar a problemas de actitud. La actitud que debe ganar puede fomentar el engaño y la dificultad para llevarse bien con otros dentro y fuera del campo