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    Cómo mantener un riñón y un hígado saludables naturalmente

    Los riñones y el hígado son órganos en su cuerpo que ayudan a realizar funciones vitales, como la filtración, el almacenamiento de nutrientes y la digestión. Cuando estos órganos funcionan a un nivel óptimo, puede obtener el mayor beneficio de los alimentos que consume. Comer una dieta de alimentos poco saludables y altamente procesados ​​puede afectar el funcionamiento del hígado y los riñones y causar síntomas, como indigestión y distensión abdominal. Afortunadamente, tanto el hígado como los riñones responden rápidamente a un enfoque natural que puede mantener un nivel saludable de funcionamiento.

    El hígado y los riñones ayudan a filtrar los productos de desecho. (Imagen: webphotographeer / iStock / Getty Images)

    Paso 1

    Destacan las proteínas de alta calidad. (Imagen: Jacek Chabraszewski / iStock / Getty Images)

    Enfatice las proteínas de alta calidad, en cantidades limitadas. La proteína es necesaria para mantener la función del órgano y reparar el tejido dañado. Si tiene una función renal o hepática comprometida, debe tener en cuenta que comer demasiadas proteínas ejerce una presión sobre estos órganos. Alimentos de proteínas de mayor calidad incluyen carne, pollo, pescado y huevos. Las proteínas de menor calidad son aquellas que se encuentran en los vegetales y los granos enteros, pero ambos tipos de proteínas son importantes para mantener la función renal y hepática saludable. Hable con su médico o dietista sobre la cantidad de gramos de proteínas que necesita diariamente.

    Paso 2

    Mantener un peso saludable. (Imagen: Judith Flacke / iStock / Getty Images)

    Manténgase dentro de su rango calórico, que debe ser proporcionado por su proveedor de atención médica o dietista. Cualquier persona que tenga una función renal comprometida debe esforzarse por mantener un peso saludable. Comer alimentos saludables a lo largo del día y mantenerse dentro de las pautas calóricas puede ayudarlo a perder peso y evitar que el exceso de peso ponga presión tanto en los riñones como en el hígado. El exceso de calorías puede perjudicar el funcionamiento del hígado y hacer que la grasa se almacene en el hígado. Consuma 15 calorías por cada libra que pese como cantidad de referencia de la ingesta diaria.

    Paso 3

    Limite su ingesta de sodio. (Imagen: Brian Jackson / iStock / Getty Images)

    Limite su ingesta de sodio. El sodio o la sal es un mineral esencial que también se usa ampliamente para conservar los alimentos. El consumo excesivo de sodio puede causar un desequilibrio de agua en su cuerpo, ejerciendo presión sobre los riñones. Además, la sal causa retención de agua, especialmente en personas con riñones y un hígado que no funcionan correctamente. El exceso de agua puede ejercer una presión sobre el sistema cardiovascular y aumentar su riesgo de sufrir un ataque cardíaco o un derrame cerebral. Siempre lea las etiquetas nutricionales porque el sodio a menudo se oculta en alimentos como los vegetales congelados y enlatados. Debe poder obtener mucho sodio de forma natural a partir de los alimentos saludables que consume y no como un ingrediente aditivo..

    Etapa 4

    Evite el alcohol. (Imagen: monkeybusinessimages / iStock / Getty Images)

    Evite beber alcohol, ya que puede causar daños y lesiones hepáticas y renales importantes. El alcohol destruye las células del hígado y puede alterar el delicado equilibrio de electrolitos que el cuerpo mantiene para mantener la estabilidad biológica. Beber alcohol también puede hacer que su cuerpo retenga agua en un esfuerzo por restablecer el equilibrio de electrolitos. Desafortunadamente, la retención de agua causa un mayor deterioro del funcionamiento de los riñones y el hígado y puede conducir a una falla orgánica completa si no se trata.