Signos y síntomas de fluidos en los oídos
El exceso de líquido en el oído es la forma más universal de pérdida de audición entre los niños. El oído medio está ubicado detrás del tímpano y normalmente está lleno de aire. Cuando un niño tiene líquido del oído medio, significa que hay una acumulación de líquido acuoso o parecido a la mucosidad. Hay muchas señales que debe vigilar en su hijo para indicar que puede tener líquido en los oídos..
Audicionista haciendo e inspección del canal auditivo. (Imagen: Huntstock / DisabilityImages / Getty Images)Otitis media
La otitis media con derrame, también conocida como oreja pegada, es la acumulación de líquido en el oído medio debido a la inflamación y el bloqueo en la trompa de Eustaquio, que conecta el oído medio con la garganta. Esta condición puede hacer que el oído se sienta lleno y causar pérdida de audición. El líquido en el oído puede no causar síntomas obvios como dolor o drenaje de pus que se asocian comúnmente con infecciones del oído. Sin embargo, la acumulación de líquido puede afectar la audición de su hijo..
Pérdida de la audición
La audición puede deteriorarse cuando el líquido atrapado dentro del oído medio rodea el tímpano y los huesos pequeños. Este confinamiento inhibe estas estructuras auditivas para transportar libremente el sonido al oído interno en niveles adecuados. Cuando los niños más pequeños tienen líquido en sus oídos, es posible que note que el volumen del televisor se encuentra en un nivel superior al normal. Puede que no parezca escuchar o prestar atención. Él puede pedirle con más frecuencia que repita sus palabras y hable menos o que hable más fuerte..
Señales Adicionales
Los niños mayores pueden decirle que les duele el oído y tiene una sensación de taponamiento. La presión causada por una acumulación de líquido puede causar un dolor de oído. El líquido puede drenar de la oreja y su niño puede jalar la oreja. También puede parecer torpe: las estructuras en el oído interno son responsables de mantener el equilibrio..
La pérdida de audición puede hacer que un niño se sienta irritado y desanimado. En la escuela, los niveles de rendimiento pueden disminuir debido a problemas para mantenerse enfocado y poder seguir instrucciones. Los niños con líquido en el oído pueden tener problemas para llevarse bien con sus compañeros de clase. Algunos pueden volverse desobedientes y mostrar signos de inquietud o nerviosismo.