Síntomas de disociación de la depresión mayor
La depresión mayor es un trastorno psiquiátrico que generalmente resulta en trastornos crónicos del estado de ánimo como tristeza, estado de ánimo irritable, baja autoestima, pérdida de placer en la vida, sentimientos de culpa, pérdida de apetito, pérdida de energía, dificultad para concentrarse y pensamientos suicidas. Estos síntomas generalmente persisten durante más de dos semanas y los episodios depresivos se repiten más de una vez. Los síntomas pueden ser graves y provocar dificultades para hacer frente a las actividades diarias tanto en casa como en el trabajo. Si no se diagnostica ni se trata, la depresión mayor puede tener consecuencias fatales. The Cleveland Clinic señala que afecta a más de 10 millones de personas en los Estados Unidos cada año. Los síntomas disociativos también pueden estar relacionados con la depresión mayor. Estos síntomas generalmente son el resultado de vivir en entornos extremadamente estresantes e impredecibles, traumas que amenazan la vida o abuso infantil en cualquier forma: física, sexual o emocional..
Amnesia disociativa
Las personas que sufren eventos estresantes severos en la vida, generalmente durante la niñez o una depresión intensa pueden ser incapaces de recordar esos eventos o las personas que los rodean en ese momento y bloquear esos recuerdos. La amnesia disociativa o la pérdida de memoria no tienen una causa identificada ni una enfermedad cerebral y, a menudo, es de larga duración..
Fuga disociativa
La fuga disociativa es una forma de amnesia global en la que el individuo olvida por completo su propia identidad y su pasado. Según un estudio publicado en el Journal of Trauma and Dissociation, esta forma de disociación suele durar desde unas pocas horas hasta unos pocos meses y se asocia con depresión mayor y confusión, ya que la persona no tiene memoria de todos los eventos que ocurrieron durante el período.
Identidad disociativa
El trastorno de identidad disociativo también ocurre en respuesta a una depresión grave o eventos traumáticos que generalmente ocurrieron durante las etapas de desarrollo desde la infancia hasta la edad adulta. El niño aprende a adoptar una o más personalidades diferentes para enfrentar el trauma y la angustia graves. Para la edad adulta, las personalidades pueden llegar a ser tan fuertes que el individuo puede ser controlado de manera intermitente por las diferentes características, nombres e identidades que creó como un mecanismo de protección. El individuo puede no tener ningún recuerdo de los eventos que ocurrieron mientras él era las otras personalidades.