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    Hemorragias súbitas en niños

    Cuando su hijo experimenta una hemorragia nasal, ver la sangre a menudo puede ser más traumático que el propio sangrado. Dado que las hemorragias nasales, conocidas médicamente como epistaxis, suelen ser leves y no dolorosas, es mejor actuar rápidamente para detener la hemorragia nasal para que su hijo pueda regresar a sus actividades normales. En casos muy raros, las hemorragias nasales repentinas crónicas pueden ser el signo de un problema médico, así que consulte con el médico de su hijo..

    Una niña está hablando con un médico con su madre. (Imagen: Paul Burns / Mezclar imágenes / Getty Images)

    Causas

    Dentro de la nariz hay capilares, diminutos tubos, llenos de sangre. Cuando esos capilares se inflaman y luego se aplica presión, pueden explotar, lo que provoca una hemorragia nasal. Los capilares inflamados y las hemorragias nasales subsiguientes se producen por varios motivos, entre ellos, aire seco, sangre en la cara, un golpe en el área alrededor de la nariz o un resfriado común. Dado que los niños son susceptibles a resfriados o lesiones faciales y tienen capilares nasales más delicados que los adultos, tienen más probabilidades de tener una hemorragia nasal.

    Tratamiento

    Si su hijo tiene una hemorragia nasal, inmediatamente cubra suavemente el extremo de la nariz con un pañuelo de papel, pellizque la nariz en el puente e inclínelo hacia adelante. Inclinarse hacia atrás puede hacer que su hijo trague parte de la sangre. Si bien puede parecer que su hijo está perdiendo un exceso de sangre, la hemorragia nasal típica libera solo unas pocas cucharaditas, según BBC Health.

    Calmar a su hijo no solo lo consolará, sino que también puede evitar que el llanto exacerbe aún más el problema al hacer que la sangre se precipite a la cara. Siéntese tranquilamente durante 10 minutos y evite revisar la nariz para ver si el sangrado se ha detenido; permita que se forme un coágulo en la nariz y haga que su hijo participe en una actividad tranquila durante algunas horas después de la hemorragia.

    Prevención

    Tomar las precauciones adecuadas puede limitar la posibilidad de que su hijo tenga una hemorragia nasal. Algunos niños tienen capilares más delicados y, por lo tanto, son más propensos a tener hemorragias nasales repentinas. Al mantener húmedo el aire de su hogar, puede ayudar a evitar que los capilares secos se vuelvan aún más delicados. Un humidificador en la habitación de su hijo puede ayudar. La aplicación de vaselina dentro de las fosas nasales antes de acostarse también puede ayudar a mantener el área húmeda y menos delicada. También asegúrese siempre de que su hijo use la protección facial adecuada cuando practique deportes, y desaliente a su hijo para que no se meta la nariz.

    Ayuda médica

    En casos raros, las hemorragias nasales repentinas y frecuentes pueden ser un síntoma de un trastorno grave de coagulación sanguínea. Si no puede detener el sangrado por su cuenta después de 10 a 20 minutos y su hijo comienza a sentirse débil o mareado, busque atención médica de inmediato. Es posible que el médico de su hijo deba congelar o quemar los vasos sanguíneos, conocido como cauterización, para detener el sangrado. También puede ser necesario aplicar ungüento para detener la infección. Es posible que su médico también necesite examinar la sangre de su hijo para asegurarse de que los recuentos de glóbulos blancos sean adecuados para descartar un trastorno de coagulación..