Cómo la dieta afecta el rendimiento atlético
La dieta puede tener un impacto masivo en el rendimiento deportivo. Las calorías y nutrientes inadecuados pueden perjudicar incluso al atleta más condicionado, mientras que el balance correcto de energía y macronutrientes ayudará a cada atleta a realizar su mejor esfuerzo. Las necesidades dietéticas variarán según la edad, el género, el tipo de cuerpo y el deporte de una persona. Hable con su médico, dietista o entrenador para determinar sus requisitos nutricionales únicos.
Una mujer está tomando un bocado de una manzana. (Imagen: Wavebreakmedia Ltd / Wavebreak Media / Getty Images)Requerimientos energéticos
La ingesta calórica es probablemente el aspecto más importante de la nutrición deportiva. Una caloría es una unidad de energía utilizada por su cuerpo para alimentar todas las funciones y actividades del cuerpo. Cuanto mayor sea el nivel de actividad de un individuo, mayor será su requerimiento de calorías. Por ejemplo, un corredor de maratón requerirá una ingesta de energía mucho mayor que un jugador de golf. La ingesta inadecuada de calorías puede hacer que los atletas se sientan lentos y débiles y que afecten negativamente la coordinación y la concentración..
Necesidades de macronutrientes
Para un rendimiento óptimo, los atletas deben seguir una dieta que incluya un balance de los tres macronutrientes: carbohidratos, proteínas y grasas. Debido a que los carbohidratos son la fuente de combustible preferida del cuerpo, la mayoría de los atletas necesitan una dieta rica en fuentes de carbohidratos saludables, como la harina de avena, el arroz integral, las pastas integrales, las frutas y los vegetales. Las proteínas son necesarias para construir y reparar las fibras musculares que se descomponen durante el entrenamiento. Las fuentes de proteínas magras saludables incluyen pescado, pechuga de pollo, carne de res magra, huevos y productos lácteos bajos en grasa. La grasa es el componente final de una dieta saludable, pero se debe comer con moderación. Se adhieren a fuentes saludables bajas en grasas saturadas, como nueces, mantequilla de almendras y aceite de oliva.