Por qué comer azúcar aumenta tu ritmo cardíaco
El azúcar puede, en algunas circunstancias, para algunas personas, aumentar la frecuencia cardíaca. Una búsqueda en Internet revela afirmaciones mixtas sobre los efectos inmediatos del azúcar en la frecuencia cardíaca. Pero la investigación, como la de Kennedy y Scholey resumida en Springer Link, y una comprensión de la fisiología involucrada en el metabolismo del azúcar, sugieren que el azúcar puede afectar la frecuencia cardíaca a corto, mediano y largo plazo a través de diversos mecanismos..
Combustible para el pensamiento
Tu cuerpo necesita combustible para funcionar. La comida que comes es tu combustible. Se digiere y se convierte en glucosa, una forma de azúcar en la sangre, que las células utilizan para obtener la energía necesaria para todo lo que hace su cuerpo, desde pensar hasta respirar y correr. Algunos alimentos, denominados alimentos de alto índice glucémico (IG), se convierten en glucosa más rápidamente que otros alimentos. El azúcar es un alimento con IG alto. Cuando consumes azúcar procesada simple, se puede convertir en glucosa en sangre en minutos. Este corto tiempo requerido para convertir el azúcar en glucosa en la sangre es una de las razones por las que las personas recurren a los dulces para un rápido repaso. Los carbohidratos complejos, como las verduras y frutas o proteínas, incluidos los frutos secos, el pescado y la carne, tardan mucho más en convertirse en combustible celular.
Efectos inmediatos
Cuando la glucosa en la sangre es alta, el páncreas libera insulina, que luego ayuda a transportar la glucosa hacia las células musculares o hepáticas. Allí, se usa para la energía. Si hay más glucosa presente de la necesaria, la insulina ayuda a que la glucosa se almacene en los tejidos adiposos como grasa para futuras necesidades energéticas potenciales. Un efecto inmediato de la descomposición y conversión de la glucosa en energía celular es un aumento del metabolismo, que puede manifestarse en forma de aumento de la frecuencia cardíaca, presión arterial alta o alguna otra forma de activación, como un mayor estado de alerta mental. Un estudio realizado por Kennedy y Scholey descrito en Springer Link encontró que los participantes del estudio tuvieron mayores aumentos en la frecuencia cardíaca y se desempeñaron mejor cuando se les asignaron tareas mentales después de la administración de glucosa que los sujetos de control que hicieron las mismas tareas sin glucosa. Las personas tienen respuestas individualizadas al metabolismo acelerado, por lo que el azúcar no siempre causa un cambio notable en la frecuencia cardíaca en todas las personas. En el estudio de Kennedy y Scholey, los sujetos que tenían frecuencias cardíacas iniciales más bajas tenían las mejores mejoras de rendimiento después de la administración de glucosa.
Efectos a medio plazo
Una vez que la insulina ha eliminado la glucosa de la sangre, existe una condición de disminución de la glucosa en la sangre. Las personas con diabetes o con otras afecciones metabólicas como la hipoglucemia reactiva o la hiperinsulinemia reactiva postprandial pueden experimentar un repentino colapso en los niveles de azúcar en la sangre porque su páncreas reacciona de forma exagerada a la presencia de glucosa en la sangre y libera demasiada insulina. La reacción pancreática desencadena una gran cantidad de respuestas hormonales, incluida la liberación de hormonas del estrés como la epinefrina por parte de la glándula pituitaria. Estas hormonas del estrés estimulan el sistema nervioso simpático y causan una excitación fisiológica que puede incluir, entre otras respuestas, un aumento del ritmo cardíaco, aumento de la presión arterial, hiperactividad, ansiedad e irritabilidad. Por ejemplo, un estudio de Langseth y Dowd descrito en ADD ADHD Advances descubrió que cerca de las tres cuartas partes de los niños diagnosticados con ADHD que mostraron hiperactividad después del consumo de azúcar tenían hipoglucemia reactiva. Para aquellos que sufren de disfunción metabólica, las condiciones de bajo nivel de azúcar en la sangre, que ocurren varias horas después de consumir azúcar, pueden causar un aumento en la frecuencia cardíaca..
Efectos a largo plazo
El azúcar representa el 25 por ciento de la ingesta calórica de los estadounidenses. La gran verdad es que nuestra obsesión con el azúcar, junto con una creciente aversión al ejercicio, nos ha vuelto obesos. Recuerde, la insulina convierte la glucosa en sangre que no puede usar para obtener energía inmediata en grasa. La circunferencia adicional que llevamos carga nuestro corazón y contribuye a la escalada de la enfermedad cardíaca, que incluye hipertensión, presión arterial alta y frecuencia cardíaca elevada.
La cura
Puede beneficiarse de la energía mental y física aumentada que proporcionan los alimentos sin estresar su sistema metabólico ni presentar riesgos para su sistema cardiovascular. Minimice el consumo de azúcares simples y almidones, y en su lugar consuma carbohidratos complejos, como frutas, verduras y alimentos integrales. Estos alimentos tardan más en liberar azúcares en la sangre y le proporcionan a su cerebro y cuerpo una fuente constante de glucosa.