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    Sodio, potasio y la frecuencia cardíaca

    Se requieren sodio, potasio y otros nutrientes para mantener la salud normal del cuerpo. Estos elementos, junto con muchos otros, son requisitos absolutos para la vida humana. Son tan básicos para la función de cada célula que cualquier desequilibrio entre ellas puede causar problemas graves. El corazón es un órgano particularmente vulnerable a los cambios en las proporciones de estos elementos en la sangre..

    Una mujer está revisando su monitor de ejercicio o monitor de pulso. (Imagen: DGLimages / iStock / Getty Images)

    Sodio y potasio

    El sodio y el potasio son elementos que se encuentran en la naturaleza. En plantas y animales, pueden existir unidos a otros átomos o moléculas grandes, como ocurre en las formas de sal o queladas, respectivamente, de estos elementos. Cuando se ingieren estas formas, el cuerpo las procesa y libera los átomos de sodio y potasio de sus contrapartes unidas. El sodio y el potasio se conocen como electrolitos porque una vez liberados de un estado unido, se convierten en iones en un entorno acuático. Los electrolitos son capaces de conducir la electricidad. Esta propiedad física básica es la razón por la cual los iones de sodio y potasio, entre otros, se utilizan para llevar a cabo procesos fundamentales en el cuerpo..

    Necesidad Fundamental

    El sodio, el potasio y otros iones son componentes cruciales de la vida y son necesarios en cada célula del cuerpo. Se utilizan en una amplia variedad de procesos celulares, como el mantenimiento de la integridad de la membrana celular, la regulación del equilibrio del agua entre las células y su espacio extracelular, y el transporte de nutrientes o desechos a través de las membranas celulares. El "Libro de texto de fisiología médica" dice que dado que tantas funciones vitales se basan en estos elementos, su equilibrio está estrechamente regulado por el cuerpo. Cualquier desequilibrio de sodio, potasio u otros electrolitos puede compensar la función normal de varios tejidos y órganos, como el corazón. Conocer los niveles de sodio, potasio y otros electrolitos en la sangre a través de pruebas de laboratorio le da a los médicos una ventana a la salud del cuerpo y puede ayudar a diagnosticar una serie de patologías basadas en las relaciones relativas de electrolitos.

    Desequilibrio de sodio y potasio

    Según la "Enciclopedia de Cirugía", el nivel normal de sodio en la sangre es de 135 a 145 mEq por litro. El nivel normal de potasio en la sangre es de 3.5 a 5.0 mEq por litro. Si el sodio o el potasio exceden estos niveles en la sangre, las condiciones se llaman hipernatremia o hipercalemia, respectivamente. Si el sodio o el potasio caen por debajo de estos niveles en la sangre, las afecciones se llaman hiponatremia o hipopotasemia, respectivamente. Los órganos más responsables de regular los niveles en sangre de estos electrolitos son los riñones. Si los riñones no retienen o excretan estos electrolitos de manera efectiva de acuerdo con las necesidades del cuerpo, puede producirse un desequilibrio electrolítico. Esto ocurre con la enfermedad renal o al tomar ciertos medicamentos..

    Funcion del corazon

    El corazón es uno de los órganos más afectados de manera inmediata por los niveles de sodio y potasio en la sangre. Para que el corazón funcione correctamente, el balance de electrolitos en la sangre debe mantenerse dentro del rango normal. De lo contrario, las irregularidades del corazón se manifestarán rápidamente. Estas irregularidades se relacionan con propiedades fisiológicas, como la fuerza de contracción del corazón y su frecuencia o ritmo. Existe una asociación compleja entre los electrolitos y la función cardíaca. Sin embargo, en términos generales, los niveles más altos de potasio en la sangre pueden causar un ritmo cardíaco más lento y un ritmo cardíaco irregular o arritmia, mientras que los niveles más bajos producen un ritmo cardíaco rápido. Los niveles excesivos de sodio en la sangre también pueden deprimir la función cardíaca, mientras que los niveles más altos de sodio pueden producir fibrilación cardíaca, un tipo de ritmo cardíaco irregular. Un médico debe evaluar las proporciones relativas de electrolitos para determinar si la función cardíaca se ve afectada por el desequilibrio.